No te asustes, es un tratamiento dental normal. Para que lo tengas claro, ten presente que las incrustaciones son restauraciones parciales rígidas que se usan para reparar dientes posteriores que tienen caries leve a moderada o que están fracturados, siempre y cuando el daño de estas lesiones no sea importante para requerir otro tratamiento.
Cuando un diente posterior (molares o premolares) ha sufrido una gran pérdida de estructura dental (como por ejemplo causada por caries o fracturas dentales) el tratamiento más común antiguamente era la desvitalización del diente, la realización de una gran reconstrucción y posteriormente la colocación de una funda para que el diente pudiera resistir las fuerzas de la masticación adecuadamente.
Actualmente existen las incrustaciones dentales que son un tipo de restauraciones las cuales se pueden aplicar en casos de una gran destrucción del diente o bien en dientes ya desvitalizados.
Se trata de un tratamiento poco invasivo en el que apenas se necesita un mínimo tallado para preparar el diente.
Son restauraciones altamente estéticas y resistentes que normalmente se realizan en el laboratorio dental.
Así pues las indicaciones de una incrustación serían:
– Gran pérdida de estructura dental
– Dientes desvitalizados
– Pacientes que no puedan ser portadores de fundas
– Pacientes que requieran una gran estética
Las incrustaciones dentales pueden ser de varios materiales aunque los más utilizados son los composites con partículas de cerámica (lo que los hace más resistente que un composite normal que podamos utilizar en clínica) o bien cerámicos. Se elige un material u otro dependiendo de las características individuales de cada paciente.
Estas restauraciones se diferencian por el tamaño que tienen: pueden recubrir una parte pequeña del diente o mayor e incluso toda la cara oclusal (por donde masticamos) para proteger el diente en el caso de que esté muy debilitado.
Publicado por:
Claudia De Pedro Ramírez
Odontóloga